Acerca de la era y los tiempos
Referencia Principal: 1 Tes 5 (Lc 17:26-30)
Aquellos que llevan a cabo su camino de fe de acuerdo al estándar de la Biblia ya saben muy bien acerca de las señales de la Segunda Venida del Señor, por lo que no hay mucho que decir.
El fin del mundo (fin del siglo), la Segunda Venida del Senor, será como los días de Noé y Lot (Lc 17:26-30). Las Iglesias se vuelven corruptas y son destruídas, y el destructor se para en el templo santo (como los Fariseos, pastores de la serpiente, en la Primera Venida en Mt 23). No hay revelación porque el Espíritu Santo se ha ido y la puerta al reino de los cielos se ha cerrado. Las personas no pueden discernir para nada los cielos y la tierra. La Verdad es distorsionada, resultando en actos malignos, maldiciones y un aumento en maldad (Mt 24). Por causa de esto es que hay divisiones y peleas- una guerra espiritual.
Este fin del siglo es acerca del fin de las Iglesias, no el fin de la tierra o el fin de la sociedad de los no creyentes. En el fin del siglo, las personas sostienen su orgullo y terquedad, su autoridad y gloria, dinero y propio prestigio. Las personas creen en el hombre mas que en Dios, crean los mandamientos de hombre y establecen leyes arbitrarias para gobernar con opresión. Las mentiras y las enseñanzas falsas estan por encima de la verdad, y las acciones malignas no acaban. Al igual que el sol y la luna se oscurecen y no dan luz y las estrellas caen a la tierra, las Iglesias también se caen a la tierra y regresan a la carne. Como Adán y los hijos de Dios en Génesis 6, las Iglesias que una vez comenzaron con el espíritu, ahora aman las cosas del mundo y regresan a la carne. Por lo cual, Dios se va.
Como está prometido en el Nuevo Testamento, el Señor regresa cuando el mundo del primer cielo (iglesia) recibe destrucción debido a su traición. Está escrito (Lc 18:8), “cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?” En un tiempo cuando las personas temen y aman la autoridad de un hombre corrupto y adulan a sus superiores para su propio beneficio, el Señor regresa y cumple todas las promesas del Nuevo Testamento (Ap 21:6).
Un espíritu maligno, no el espiritu de Dios, entra en el alma de aquellos que caen del cielo a la tierra, aquellos que traicionaron y regresaron a la carne. Como resultado, ellos siguen la voluntad del espiritu maligno que esta dentro de ellos y actuan en maldad. En la noche, cuando el sol, la luna y las estrellas (el pueblo escogido: Gn 37:9-11) se oscurecen y caen a la tierra, el Señor llega como un ladrón en la noche y cosecha (Mt 24:29-31, 1 Tes 5:2). Las personas que pertenecen a la noche ven esto y comienzan a difamar, maldecir y perseguir, ya que no creen en las promesas de la Biblia. Sin embargo, Jesús, quien si regresara, absolutamente cumplira todo el Nuevo Testamento (Ap 21:6). Para ayudarlos a creer cuando estas cosas se cumplan, Jesús hizo saber de antemano las profecías, el Nuevo Testamento, y las Santas Escrituras (Jn 14:29). Si uno no puede creer en estas cosas, debe saber que es por su propia corrupción. Uno debe saber que aquellos que pertenecen a la noche son las personas que comenzaron con el espíritu santo, pero regresaron a su carne; una vez fueron parte del cielo, pero cayeron a la tierra y en la oscuridad.
Uno también debe saber la razoón por la que cayeron del cielo a la tierra y se volvieron la oscuridad. Como Eva y los habitantes de Jerusalén en la Primera Venida, todas las naciones recibieron el vino del conocimiento del bien y del mal, el vino de fornicación, de la serpiente y la tomaron. Como resultado, cayeron, fueron destruídos y se casaron con los espíritus malignos (Ap 13, 17, 18). El vino de la serpiente silvestre es el veneno de la serpiente. Es el veneno mortal de las cobras (Dt 32:33) y el vino del furor de fornicación que hace caer a todas las naciones. La bestia y el dragon mantuvieron al pueblo escogido cautivos y los forzaron a adorar a la bestia y a recibir su marca. Las personas de todas las naciones se casaron con Satanás, la serpiente. Estas son las realidades de Apocalipsis 13, 17 y 18.
Como está testificado en Apocalipsis 12, el dragón ya no tiene más lugar para morar. La acción de engañar al pueblo escogido a que traicionen, destruir al pueblo escogido que traicionó, poner la marca de la bestia en la mano y frente del pueblo escogido, hacer que ellos adoren al dragón, hacer que ellos coman el alimento sacrificado a los ídolos y a que cometan fornicación son las acciones de la serpiente, el dragón, quien es el diablo. El hecho que las personas cometieron estas acciones testifica que ellos pertenecen a la serpiente. El testificar a esto es la verdad.
El Nuevo Testamento nos promete que las profecías acerca del fin de las Iglesias, la traición y destrucción, la venida de Jesus a cosechar y el sellar y crear a las 12 tribus se cumplirán. Esta era es el tiempo y la era que fue prometida. Cuando uno ve y oye acerca de esto, pero todavía no cree, enseña que uno no ha nacido de la semilla de Dios (1 Jn 4:4-6). Y porque no creo cuando las profecías del Nuevo Testamento se cumplieron, ¿qué es lo que podrá decir en el tiempo del juicio? No tendrá cualquier excusa que dar.
Hasta Jesús y los discípulos escribieron en detalle acerca de esta era y del tiempo prometido del regreso del Señor. Escribieron en detalle acerca de la traición del pueblo escogido, la destrucción de aquellos que reciben al espíritu gentil, el pastor prometido, el Salvador, las señales de la Segunda Venida del Señor y el lugar donde Dios, el cielo, Jesus y todos aquellos durmiendo en el vendrán. Sin embargo, si uno no puede creer en esto es porque uno es corrupto. Es alguien que no sabe la era y los tiempos y se ha vuelto como las luces del cielo (sol, luna y estrellas) que se vuelven carne y un alma durmiendo en la noche. Los hijos de la luz saben la era y los tiempos, y están despiertos para prepararse de acuerdo a la promesa. Sin embargo, los miembros de la iglesia, que son como las cizañas, y los pastores falsos, que traicionaron, se han vuelto un mundo oscuro que no puede percibir y mueren en la oscuridad.
Al igual que una era (mundo de Adán) termina durante el tiempo de Noé, y una nueva era (mundo de Noé) fue creada, una nueva era y un nuevo reino ha sido creado como está prometido en Apocalipsis 7 del Nuevo Testamento. El reino de los cielos donde Dios, Jesús y todos los cielos están se ha cumplido en esta tierra. Nosotros, Shincheonji, estamos haciendo saber a través de las Escrituras del Nuevo Testamento que el nuevo reino de Dios, Shincheonji, se ha cumplido de acuerdo a la promesa.
Si uno no se pierde de esta era y este tiempo prometido, tiene fe en lo que uno mismo confirma a través de la Biblia y renace, recibirá la salvación. ¡Amén!
Referencia: http://cafe.daum.net/scjschool/E3qZ/616
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