Aquellos que Creen y Aquellos que no Creen
Referencias Principales: Jn 16:8-11 (Lc 18:8, Ap 21:8)
Jesús habló de aquellos que creen y aquellos que no creen. ¿Qué tipo de personas son? “Aquellos que creen” creen en la palabra de promesa de Dios y la guardan, pero “aquellos que no creen” no creen en la promesa y no la guardan.
Aunque Adán y Eva escucharon la promesa de Dios, ellos lo traicionaron porque no la guardaron. Como resultado, fueron destruidos y arrojados a las llamas del infierno. El pueblo de Israel salió de Egipto y estuvieron cerca de entrar a Canaán, pero no tuvieron fe, ni obedecieron la palabra de Dios, por lo que fueron destruidos y perecieron en el desierto. De la misma manera, Israel Físico no creyó las palabras de los profetas del Antiguo Testamento. No la obedecieron, por lo que no recibieron salvación en el tiempo de la Primera Venida de Jesús y tuvo el reino de los cielos quitado de ellos (Mt 21:33-46).
Si es importante mantener promesas con el hombre, entonces ¿cuánto más importante es mantener las promesas hechas a Dios? Si alguien no guarda su promesa con Dios, ¿cómo puede él llamarse creyente de Dios? Todo aquel que cree en la promesa y la guarda recibirá el cielo y vida eterna, pero quien no cree en la promesa recibirá el castigo eterno en el infierno. Estos son los resultados de mantener o no mantener la promesa de Dios.
Lo que tenemos que creer en es la profecía del Nuevo Testamento. Teniendo una fe verdadera es ver que esta profecía se está cumpliendo, creer en ella y actuar en consecuencia. Alguien puede pensar que él está llevando una vida de fe, pero si no sabe el significado detrás de las promesas del Nuevo Testamento y no sabe qué contenido está en él, entonces ¿cómo puede percibir y creer cuando se cumplan las promesas? La Biblia, especialmente el Nuevo Testamento, habla del Dios verdadero y el dios falso que es el diablo y Satanás. Contenidos de la Palabra de Dios y de la palabra de Satanás también están escritas allí. También hay eventos que deben ocurrir en el futuro. La Biblia también muestra que el resultado de aquellos que creen y los que no creen es el cielo o infierno, vida eterna o castigo eterno. Por lo tanto, no todo el que dice, “Señor, Señor” entrará en el reino de los cielos, sino sólo el que hace la voluntad de Dios (Mt 7:21).
La Biblia no es un libro del mundo sino un libro de Dios. Las cosas del mundo no son escritas en ella sino las cosas sobre el cielo y el infierno. Aquellos que entienden la Palabra de Dios y la guardan recibirán el cielo y vida eterna, pero aquellos que no saben, que no entienden, y que no actúan según las palabras de la promesa se irán al infierno.
Dios hizo las promesas (profecías) del Antiguo Testamento y vino con Jesús, el pastor prometido, según esas promesas a Su pueblo y nación. Sin embargo, las personas no aceptaron a Jesús pero lo persiguieron y se convirtieron en su mayor enemigo (Jn 1:11-14). Este es el resultado de no conocer las palabras de promesa. Por esta razón Dios prometió que, sin importar el linaje físico, cualquier persona que cree en Jesús (el nombre de Jesús), en otras palabras, quien renace de Dios se convertirá en un hijo de Dios (Jn 3:5, 1Pd 1:23). La semilla que permite a alguien renacer es la semilla de Dios (Lc 8:11), y los que son renacidos de la semilla de Dios serán hijos del Dios verdadero y vivirán con Él como Su familia en el cielo.
En días anteriores, Noé, Abraham, Moisés y todas las naciones del mundo fueron pecadores nacidos del gene de Adán, el pecador, y eran personas con quien el espíritu de Satanás habitaba (serpiente). Sin embargo, después de Jesús, sin importar el linaje físico, cualquiera que es nacido de Dios será Su hijo y recibirá salvación.
Así, los frutos (Ap 14:14-16) de la semilla que había sido sembrada por Jesús (Mt 13:24, 37) son cosechados y sellados (Ap 7) en la Segunda Venida (hoy), creando un nuevo reino y el pueblo de Dios, como se había prometido. Esto es el cielo nuevo y tierra nueva de Ap 21. Los anteriores pastores y miembros de la iglesia de las iglesias tradicionales llegan a un fin (Ap 21:1). Aquellos que creen en esto sabrán si deben pertenecer a lo anterior o el posterior para recibir salvación, el cielo y la vida eterna. Aquellos que creen sabrán.
La razón que la gente no creía en el tiempo de cumplimiento del Antiguo Testamento, el cumplimiento del Nuevo Testamento, en la época de Noé y Lot, es que nacieron en la línea de los pecadores. No fueron renacidos. Como resultado, no fueron capaces de creer completamente y quedaron fuera de la Biblia. Estaban fuera de la Palabra, superficialmente diciendo que ellos creen.
Un verdadero creyente no cree en el Concilio Cristiano Coreano (CCC) de este mundo, pero ellos creen en el Dios verdadero y Su palabra de promesa. CCC es una iglesia de Corea no una iglesia del cielo. Como la torre de Babel, que se desmoronó en confusión, varias denominaciones han podido unirse para formar un grupo, CCC, pero están divididos internamente en sus doctrinas y leyes. Un pastor de una denominación no está permitido pararse en el púlpito de otra denominación y predicar. Esto es porque cada denominación tiene sus propias doctrinas y leyes.
Así como Israel Físico no creyeron en Jesús en su primera venida, CCC de Israel Espiritual corrupto definitivamente no cree en el que venciere, el pastor prometido de Ap capítulo 2 y 3 (Lc 18:8). En la Primera Venida, se cumplió el Antiguo Testamento, y en la Segunda Venida se cumple el Nuevo Testamento. Así como Israel Físico no creía en el cumplimiento del Antiguo Testamento, CCC de Israel Espiritual no cree en el cumplimiento del Nuevo Testamento. Si no creen, serán los enemigos más grandes como los de la Primera Venida.
CCC se ha separado no sólo en dos, pero ya se ha dividido en varios grupos diferentes. Hoy en día, el mundo religioso (cristianismo) está siendo dividido en dos partes. Uno es el nuevo reino y el nuevo pueblo de Dios y la otra es la denominación tradicional de la generación anterior. Como se muestra en el Nuevo Testamento, esto es un hecho inmutable que está destinado a suceder, que ningún hombre puede cambiar o evitar. Sólo aquellos que nacen de la semilla de Dios, son cosechados, sellados, no han añadido ni quitado del libro de Apocalipsis, pertenecen a las doce tribus del nuevo reino de Dios, y tienen escrito sus nombres en el libro de la vida recibirán salvación. Estas son las personas que creen en el Nuevo Testamento y actúan según ello.
Está escrito en Jn 16:8-11 que es un pecado no creer en Jesús (el que es enviado por Jesús). Él dijo que aquellos que no creen se enviarán al lago de fuego en el infierno. Lo que debemos creer hoy es la realidad física de Apocalipsis que se cumplió. Amén.
Referencia: http://cafe.daum.net/scjschool/E3qZ/695
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